04 agosto 2009

Auto de Gurtel: ¿de qué se ríen?


Estoy en Asturias. Siempre que viajo compro periódicos locales al margen de los nacionales. Desde que me llamaron ayer para darme la noticia del archivo del caso "Camps" estaba deseando comprobar si lo periódicos asturianos harían alguna mención destacable del tema o no. ¡Y vaya si la hacen! , copa las portadas. El asunto se las trae porque parece que Camps está contentísimo y su corte mucho más. Encima se ríen y yo no entiendo dónde le encuentran la gracia.

No conozco el detalle de las diligencias más allá de lo que se ha publicado pero hay que resaltar algunas cuestiones:

-El TSJ desestima sobreseer el asunto por entender que los hechos se habían producido. Esa era la petición concreta de las defensas. "Como nadie nos ha regalado trajes sobresean porque no hay delito". La Sala dice que no, que los hechos se han producido y atiende la petición subsidiaria de que se archive porque los regalos no están vinculados a la actividad administrativa concreta que desarrollan los imputados. La tesis del TSJ es muy dudosa y se analizan algunas sentencias que cita en su apoyo no es desdeñable que el Tribunal Supremo revoque esa causa de archivo. Los que regalan no son "amigos" de la infancia, familiares o admiradores. Los que regalan son una empresa que tiene establecido un sistema de compensar a políticos por conseguir contratos, contabilizan los pagos y los regalos como gastos en sus contabilidades A y B, son gastos de un negocio que gira alrededor de los "regalados".

-El favor más grande que hizo el TSJ a Camps fue admitir las diligencias a los meros efectos de investigar el asunto de los trajes como posible delito de cohecho impropio. Ahí estuvo la trampa. Ponían un límite penal a hechos y a consecuencias jurídicas. Hechos porque excluía otros regalos de igual o superior entidad (robot para los niños, pulsera para la señora, entradas para el circo, etc...) y rechazaba investigar el "agradecimiento" o "la obtención de adjudicaciones". Eso fue así, y no supone que quede para siempre sin investigar, es más, una querella que tenga en cuenta esos elementos debería ser admitida a trámite e investigada.

-Cuando el Juzgado Central de Instrucción dictó el Auto motivado se refería a posibles delitos de cohecho, tráfico de influencias y falsedad en base a unos hechos muy limitados que conoce. ¿qué pasa con los hechos que se han ido conociendo después. Muchos más regalos, conversaciones en las que unos dicen lo agradecidos que están a los otros, los que dicen que harán por los otros cualquier cosa, el conocimiento de que hubo irregularidades en las adjudicaciones, los disparates como pagar doscientos euros por persona por un aperitivo para más de mil, y las que se harán públicas en los próximos días. Una querella por estos hechos y esos posibles delitos sigue teniendo opciones de prosperabilidad.

-Las responsabilidades políticas están intactas. El debate no es si los políticos pueden o no recibir regalos, que también. El problema es que el Presidente Camps se ha revelado como un cobarde. No se atrevió a confesar, aceptar la realidad y combatir jurídicamente la imputación. Negó la mayor y la mayor era cierta, dijo a las Cortes y los medios de comunicación que no le habían regalado nada y le habían regalado y había dado las gracias. Mintió, y sigue instalado en una mentira perversa, no afectaba a su intimidad ni a su esfera personal, mintió en relación a su actuación política, al ejercicio de su cargo y eso es intolerable.

No entiendo pues de que se ríen. Queda mucho partido, muchos escalones y mucha verdad por saber. Muchos nos remiten al veredicto de las urnas, y nos queda esperar que se vote considerando estas cuestiones .

PS: es gratificante leer desde las montañas asturianas los estupendos artículos de Lidia Garrido en El País y de Marisol Hernández en el Mundo, son dos auténticas periodistas.

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