Colaboración Levante-EMV 10/5/2016 "El viernes 13, pulsera"
"El viernes 13,
pulsera"
Hamid
temía no verlo y sonrió al reconocerlo al fondo del pasillo. La Xbox estaba
libre, como la semana anterior. Padres y madres manejan la espera mirando al
suelo, al periódico o al móvil. La planta de consultas externas de oncología
pediátrica acoge esperanzas. Las niñas y niños corretean, se miran con
vergüenza o juegan con la cocina de madera. Él es un poco mayor que Hamid y es
hábil en seleccionar jugadores en el FIFA. No encuentra la selección argelina
que le ha pedido. Es extraño, contando con un jugadorazo como Feghouli. Le
convence de que juegue con el Barça o llegará el resultado de los análisis;
tendrán que dejar el partido inacabado y les enchufarán el gotero de quimio al
catéter.
Lo más bueno y lo más malo
casi siempre les pasa a otros. Olvidamos que somos los otros para todos los
demás. Compartir alegrías ajenas es relativamente fácil, compartir desgracias
es mucho más difícil. Hay quien insiste en que convivir con la desgracia es lo que nos da la posibilidad de ser mejores
personas.
Hace unos días los
socialistas de la ciudad de Valencia entregaron sus premios “Los valores de la
ciudad, la ciudad de los valores”. Es una excelente iniciativa y los premiados
son meticulosamente escogidos. Cuando subió una amplia representación de la
Unidad de Oncología Pediátrica del Hospital La Fe, a recoger el suyo, se nos
encogió el corazón. Cuando a la experimentada doctora, rodeada de enfermeras,
cirujanos y auxiliares, se le quebró la voz explicando su trabajo, a nosotros nos
partió el alma. Años y años luchando contra el injusto cáncer en la infancia no
les ha endurecido. Muy al contrario, cada día demuestran que vale la pena
seguir luchando. Nos envolvió una extraña sensación, la misma que al leer “Ante
todo no hagas daño” de Henry Marsh.
Cuando Candela, una de las
alumnas del Colegio Isidoro Andrés
Villarroya de Castellón, fue diagnosticada del bicho, familias, profesores,
alumnos y no docentes dedicaron
sus esfuerzos a recaudar fondos destinados a la investigación en oncopediatría
que desarrolla el Instituto de Investigación Sanitaria La Fe. Van sumando
colegios, proyectos y fondos. Son “niños ayudando a otros niños”.
El viernes 13 de mayo es
el día del niñ@ hospitalizad@. Si lees este periódico en papel, en tableta, en
ordenador o en móvil no te habrán pasado desapercibidos los anuncios recordando
que ese día, por tres euros, te puedes llevar un llavero solidario. Los
ingresos se destinarán al Instituto de Investigación Sanitaria Hospital La Fe
contra el cáncer infantil. Házlo, no por ti, que tranquilizas tu conciencia, no
por los impulsores de la iniciativa, ni siquiera por la ciencia. Házlo por los
enfermos que aún no tienen nombre.
Siempre que las ve, juntas y cogidas de la mano, se pregunta dónde
estarán sus padres. La pequeña empieza a reflejar las secuelas del único
tratamiento que la puede curar. La mayor la mima, la acaricia, la besa y la
hace reir. Atiende imperturbable a los médicos cuando le hablan de blastos,
hemogramas, neutrófilos o microcélulas. En el sitio en el que todos son
amables, los colores cálidos y los muebles suaves, hay espacios inmensos de
tristeza y ansiedad. La hermana
mayor tiene la mirada más triste del mundo y se la oculta a la hermana pequeña.
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