Colaboración Levante-EMV 15/3/2016 "Un serial urbano"
"Un serial
urbano"
Antes
de salir de casa se asoma a la ventana. Gafas, tabaco, llavero, cartera y
dinero buscan sus bolsillos predestinados. Lo observa ronronear en círculos, de
menos de diez metros, alrededor del portal. No le hace esperar. Se hacen los
encontradizos, se saludan y hablan. Llevan meses así. Sabe mucho de su mujer,
de sus hijos y de sus nietos. Le ha enseñado cómo se subvenciona vidas sin
humillar, cómo se afrontan enfermedades impronunciables, como se gozan los
goles del equipo del alma. Le orienta, desde su vida, a vivir la suya propia.
Pronto una nueva tele
autonómica va a empezar a emitir. El mundo de la producción audiovisual
valenciano está inquieto, excitado, movilizado y preparado para ofertar sus
productos. Cuando parece que todo está inventado siempre hay sorpresas a la
vuelta de la esquina. Muchos de los futuros contenidos son previsibles. Habrá
informativos, documentales, películas, concursos, debates, programas de
investigación, espacios de humor, … lo que viene siendo una televisión, vamos.
Innovador sería rodar
series de la Valencia urbana ignorada tanto tiempo por la vida oficial. En
otras épocas se buscaba identificar lo valenciano con un mundo rural hoy
irreconocible. Chascarrillos y tópicos perseguían un alma valenciana hoy
diferente.
Las tribus urbanas, los
bares de culto, las profesiones emergentes deberían tener sus espacios de
ficción, que nos las descifraran. Nuestra ciudad ha cambiado mucho, y no solo
porque la ciudadanía votante haya dado la espalda a unas fuerza políticas y
hayan apostado por otras. Eso es solo una consecuencia del cambio. Sentados en
el autobús, en un restaurante o solo paseando nos llegan ecos de historias que
no se reflejan en los medios de comunicación habituales ni sobre los que desarrolle
ficción y, mucho menos, que serien las televisiones.
Benimaclet y sus vecinos,
las inmobiliarias de barrio, los bares de Ruzafa, los institutos de bachiller,
el juzgado de guardia, el retén de bomberos, algunas librerías; prácticamente
cualquier ámbito de la vida valenciana tiene pendiente una serie de televisión.
Las respuestas a las
preguntas que nos hacemos están en las calles, aunque las de cada barrio sean
diferentes. Las relaciones afectivas, los dramas personales, las alegrías
profesionales, los anhelos, las victorias y las derrotas nos sitian. Los
valencianos no somos como los tópicos nos dibujan pero aún nadie nos ha
expuesto al escrutinio público. Somos lo que leemos y lo que vemos pero ni
leemos ni vemos lo que tenemos más cerca. Estamos esperando el serial urbano
que nos refleje.
Llevan
décadas intercambiando información sobre el gran espectáculo de la política. No coinciden en casi nada pero les fascina el juego, sus reglas, o
mejor; su ausencia de reglas. Cada vez que uno hace un descubrimiento lo
comparte con el otro. “El ala oeste de la Casa Blanca”, “House of cards” en la
antigua versión británica o la moderna norteamericana, “Yes, Minister”,
“Borgen”, “Political animals”, “Veep”, “El juego del cambio”, “1600 Pen”,
“Boss”, “Parks and Recreation”, “Sra. Presidenta”, “Spin city”, “The tick of
it”, “Jack Bobby” y alguna otra serie, les han dado para horas de conversación.
Lo que en realidad les gustaría es ser incorpóreos unos días, vagar por el
Palau de la Generalitat y el Palau de Valeriola, ver qué se cuece en directo. A
falta de imposible invisibilidad sueñan con una serie política valenciana.
0 comentarios:
Publicar un comentario
Suscribirse a Enviar comentarios [Atom]
<< Inicio