Colaboración Levante-Emv 26/1/2016 "El fiasco de los números"
"El
fiasco de los números"
Hiperbólico como era, estaba anormalmente contento y, por la absurda
creencia en reglas de compensación universal, decidió entristecerse antes de que se le adelantara la vida. Dudó entre un cuento
triste de Alice Munro, uno de Foster Wallace, o algo de Franzen lamentando la pérdida de Foster
Wallace. Releyó a Piglia, triste al recordar que le habían diagnosticado
ELA. Su memoria lo llevó a la página 207 de los diarios, justo donde reflexiona sobre las
generaciones. El número forzó esa lectura, no al revés.
Todo son números. Dan seguridad, son
fiables, se suman, se restan, se dividen, se multiplican, son objetivables,
verificables. A los que somos de letras nos impresionan. Desde el 20D son
omipresentes en sus escasas variantes. Sumas que incluyen a 123 o a 90, en
grupos de 40 o 65, incluyendo a 4, a 2, a otros 2; incluso aventurándose a
sumar 123 y 90. Y esto no ha hecho más que empezar.
Recientemente hemos sabido que el PP
infló en 42.700 el número de árboles de la ciudad. A finales de 2014 se
verificó que había 121.827 árboles mientras en 2013 se nos dijo que había
164.617. La inflación arbórea se cebó en unas cuantas especies. De 7.807 naranjos existentes, se nos hizo
creer que eran 14.991 y de los 6.362 plátanos de sombra se nos coló muchos de
matute hasta llegar a unos ficticios 12.405. Simulaban incrementar árboles,
poco a poco, para transmitir una sensación de progreso adecuado.
Utilizar los números para apabullar
es moneda corriente. Se nos quería hacer creer que más de dos mil millones de
personas seguían las regatas de la Copa de la América por televisión, más de la
mitad de la población mundial que tiene acceso a la televisión. Meritorio era,
desde luego, y más considerando que tan aburrido espectáculo se desarrollaba
mientras la mitad de esos supuestos televidentes estaba durmiendo.
Los balances se hacen a fuerza de
números y sin números se pierde credibilidad. ¿Qué pensarían Consuelo Ciscar y
el resto de responsables del IVAM al acabar las ruedas de prensa en las que
inventaban un millón de visitantes anuales? Si habían entrado al museo cien
mil, pues ellos tranquilamente nos decían que había sido un millón cien mil, y
tan anchos. Aunque supiéramos que en el MOMA entran tres millones, en el Rijksmuseum
de Amsterdam dos y medio, en la galería de los Uffizi de Florencia dos, o en el
museo Pérgamo de Berlín un millón doscientos mil, nadie alzó la voz ante la
falacia de que aquí pasáramos del millón, aunque nunca los viéramos.
Hace unos días se lió parda por el
anuncio municipal de talar 2.700 moreras que ponían las aceras perdidas. En
cambio, por habernos hecho creer que había muchos más árboles de los reales no
se ha dicho ni mú. Ciertamente hasta los números son interpretables.
No
necesita muebles pero ella se impone el placentero deber de estudiar las
ofertas de Westwing. Calcula fríamente
los precios con descuento, compara con otras webs. Compra en alguna ocasión. Teclea los dígitos del frontal de la tarjeta, le
da la vuelta y teclea los tres números
de seguridad. Le gusta esa web por su política
de devoluciones. Él recuerda que el 38% de la humanidad
nunca se ha conectado a internet.
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