Colaboración Levante-EMV 13/9/2016 "Cupón regalo municipal"
“Cupón regalo
municipal"
Los
domingos por la mañana, después de desayunar, su madre sacaba las libretas, los
cupones y un pequeño recipiente con una esponja. Los hermanos se turnaban para
pegarlos, esforzándose en que estuvieran rectos. Los había de un punto, de
cinco y de diez. La colecta de sellos cundía unas semanas más que otras.
Periódicamente iban a la Finca de Hierro, a pasear entre los estantes,
calculando cuantas libretas llenas necesitarían para canjearlos por los
cachivaches que ofrecía el Cupón Regalo Comercial.
El mundo se
reinventa pero sin llegar a romper, del todo, con el pasado. En estos tiempos
de agobio consumidor, con sus tarjetas de fidelización, webs especializadas en
descuentos o meros regalos trampa, vuelve el ajado recuerdo del “Cupón Regalo
Comercial”. Tiendas de barrio; mercerías, carnicerías, pescaderías,
bodegas y demás, ofrecían cupones según el importe de la compra.
Se pegaban en unas libretas que se canjeaban por artículos, de lo más variado,
en los bajos de la Finca de Hierro. Ollas, cuchillos, vajillas, secadores,
cafeteras, vasos o toallas, entre otros muchos artículos, renovaban las casas,
en los tiempos pre-Ikea, gracias al Cupón Regalo.
Nuestro
ayuntamiento se va a sumar al premio, a la dádiva, al regalo. Ya en 2014,
vigésimoquinto aniversario de la EMT, se premió a los tres mayores usuarios de
Bono Oro, Bonobús y EMT Jove. Viajes sin límite, móviles con el sistema de pago
NFL y una reproducción de un autobús se llevaron los sufridos ganadores. Al
cambiar los tiempos, y los responsables políticos, alguien ha debido pensar,
qué mejor que ampliar los premios por usar el transporte público. Ir en bici, a
pie o en patines también es merecedor de recompensa.
El galimatías es el
siguiente: La Fundación InnDEA del Ayuntamiento de Valencia, en colaboración
con la red europea de lucha contra el cambio climático, Climate KIC; ha
otorgado un premio a la idea de Ciclogreen en el marco del concurso de Ideas
Transition Cities para estimular a la ciudadanía peatona o ciclista. Está
clarísimo. Se me ha olvidado señalar que la categoría de ese premio es “Service
Innovation Grant”. Si me preguntan por qué se llama así deberé confesar que no
tengo ni la más remota idea.
Estas recompensas
ya funcionan en Sevilla y, en un futuro inmediato, se van a implantar en
nuestra ciudad. La aplicación móvil detectará los desplazamientos a pie, en
bicicleta o en bus y otorgará puntos que los vecinos podrán canjear por regalos
en establecimientos locales adheridos a la promoción. Se mata muchos pájaros de
un tiro, se nos explica, se reduce el CO2 de la atmósfera, se adquiere hábitos
saludables y se promociona el comercio local. El acabose.
Esperemos que veten
a los amigos del Club Correcaminos y otros esforzados deportistas. Sería
competencia desleal.
La miraba por encima del periódico intentando adivinar en qué momento
dejó de ser su niña. Ya era mayor de edad. Ella parecía inquieta, queriendo
anunciar algo, sin atreverse. Él estaba intrigado, imaginando los peores
escenarios. Al fin lo soltó; su novio le había regalado un salto en paracaidas
desde el aeródromo de Castellón. Era una oportunidad, una oferta irrechazable
de internet. Cuando abrió la cartera, sacó dinero y se lo dió para pagar el
vídeo del salto, que no estaba incluido, se sintió cómplice de un disparate.
Todo sin protestar.
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