Colaboración Levante-EMV 23/8/2016 "Maquetas evanescentes"
“Maquetas
evanescentes"
Duermes
lo que lees- decía su madre. Él dormía investigando; olvidando al despertar la
solución de los enigmas. El verano es para la intriga. Sus veranos han
transitado desde “Los cinco”y “Los siete secretos” hasta Markaris, Lorenzo
Silva, Lemaitre, Donna Leon y Manzini, pasando por Agatha Christie y Simenon.
Ni siquiera el librero de la calle Navellos fue capaz de localizarle “Lobos
frente al mar” de Carlos Mazza. Esperará otro verano. Despertó sudado con la
imagen de un gran scalextric en una mansión de un pueblo de la Vall d´Albaida.
Todos buscaban la maqueta. Cubierta de polvo, reposaba allí.
El Consell avisa
que buscará las maquetas desaparecidas. La estrella es la de la Fórmula uno y sus dos gigantes
scalextric. La foto de los dirigentes acelerando, con sus índices, los
cochecillos del mini circuito, resulta obscena sabiendo que esas maquetas
tenían precio de vivienda de protección oficial.
Idea absurda,
encargo a arquitecto de relumbrón, pago disparatado, presentación al mundo ante
centenares de invitados y desaparición de la maqueta, de la idea y hasta del
dirigente, ha sido tónica habitual estos años pasados.
Entre la ocurrencia
de las torres de Calatrava, el encargo y la presentación pasó un suspiro.
Anteproyecto y maqueta costaron más de quince millones de euros. Con las prisas
se optó por replicar “el torso”, la torre de Malmö (Suecia), del mismo autor.
Sale en algún episodio de la serie “El puente” que emite Netflix.
Menos recordadas
son la maqueta de Terra Mítica presentada en París en el año 2000 o la del
ignoto hospital de Ontinyent que presentó Camps en 2011. Bonita era la de la
Torre de la Música que iba a medir cien metros, también presentada por el
maquetero Camps en 2007. Esa tuvo hasta primera piedra. Por seiscientos mil
eurillos se encargó proyecto y
perdida maqueta del teatro griego al aire libre Alfa Hélix al arquitecto
Manos Perrakis en Sagunto. Fue darle el Príncipe de Asturias a Frank Gerhy y
encargársele maqueta y proyecto del “Edificio del rectorado de la VIU” que no
tardaron en desaparecer. Poco se sabe de la maqueta de la ampliación del IVAM
encargada a Kazuko Sejima y Ryue Nishizawa, y menos de la de la Ciudad de las
Lenguas encargada a Carlos Ferrater.
En Sant Mateu
tenemos el Museo de Maquetas de la Comunitat. Esos bajos de la Casa Abadía
pueden acoger la crónica del despilfarro, en pequeñito; los sueños del quiero y
no puedo, los delirios absurdos de dirigentes vanidosos.
Pista para
localizar maquetas: el registro de la propiedad intelectual. No sería de
extrañar que cumplieran los requisitos de “adjuntar un máximo de tres
fotografías que sirvieran para la plasmación tridimensional de lo proyectado
haciéndose constar, en todo caso, la escala”. ¡A buscar!
En la terraza de casa había un trastero, de madera, no muy grande. Su
madre lo bautizó como la “cabaña del tío Tom”, por Tom Sawyer. Si jugaban al
escondite se escondían allí. Si hacía tiempo que no aparecía la tortuga la
buscaban allí. En un estante descansaba el scalextrix con forma de ocho. Nunca
lo habían ampliado pero tenía hasta contador de vueltas. Los coches estaban
alineados en formación, el mini rojo era su favorito. Hacía lustros que dejó de
ser su casa cuando soñó que el mini daba la vuelta perfecta.
0 comentarios:
Publicar un comentario
Suscribirse a Enviar comentarios [Atom]
<< Inicio