Colaboración Levante-EMV 3/11/2015 "¿Dónde irán a parar?
"¿Dónde irá a parar?"
Guarda algunas cosas tan celosamente que olvida haberlas tenido.
Otras, prefiere tenerlas siempre a la vista aunque el “por si acaso” nunca llegue. Le
averguenza acumular calcetines desparejados. Ha dejado de preguntarse dónde van a parar
los que desaparecen. No es pregunta original, se la hace mucha gente. No se
conforma con la explicación más común, esa que otorga a las lavadoras el poder de esconderlos y
liberarlos. Los guarda para alegrarse si puede emparejarlos o por si Juan José Millás tuviera razón y como sugiere
en “No mires debajo de la cama” haya que darlos como alimento a ciertos zapatos para que no
duelan.
La regresión de las playas es asunto
serio. La Universidad, Greenpeace, el CEAM, el CEDEX, y otros organismos nos
alertan desde hace años de la situación regresiva en que se encuentran nuestras
playas, sin posibilidad de aporte efectivo de sedimento, que debería ser
natural si los ríos fuesen ríos.
Parece que la nueva bocana y la
ampliación norte del puerto tienen mucho que ver en el retroceso de la línea de
orilla de nuestras playas más próximas. La afección es grave en Pinedo, El Saler,
la Gola de Pujol y Perellonet. Puede que sea ese el motivo pero son muchas las
comarcas del litoral a las que les afecta esa disminución de su zona de arena.
En nuestra parque natural se llega a cuantificar en sesenta metros el retroceso
que sufrirán sus playas de L´Arbre del Gos y Garrofera, allá por el año 2050.
La Safor también tiene sus cuitas por ese tema pero el puerto de Valencia les
pilla lejos.
Hace años no era extraño ver salir camiones cargados
de arena de las playas mejor dotadas. Debía haber un mercadeo consentido y poco
transparente de compra-venta de arena .
La solución no pasa hoy tanto por
comprar arena de playas rebosantes
sino por extraerla de aguas profundas. Hay incluso proyectos europeos como el
Eurosion y su continuación, el Conscience, que prevén dotaciones de fondos para
esas necesarias intervenciones. A quienes, por absoluta ignorancia, nos fascina
lo que se cuenta del bosón de Higgs, el acelerador de partículas o las
potencialidades del grafeno, no puede dejarnos indiferentes que la extracción
se haga “mediante draga de succión por arrastre de sedimentos de yacimientos
marinos localizados”. Millones y millones de metros cúbicos son necesarios.
Podrá parecer absurdo pero la duda
persiste. ¿Dónde irá a parar?. Muy lejos no debe ir la arena viajera que deja a
nuestras playas desnudas incrementando el monumental lío de la delimitación
marítimo terrestre y su zona de influencia. Los mojones en terrenos móviles no
tienen mucho sentido. Los afortunados que lleguen al 2050 deberán fijarse mucho
en cómo está el tema.
El
MOMA organizó una exposición de René Magritte. Cindy Albertson examinó los cuadros que poseía el museo desde 1956. Descubrió algo raro en “Portrait”. Hizo pruebas con rayos equis y, en
horizontal, aparecieron trazos de un perfil femenino que recordaba la “Pose enchantée” que se había expuesto en Bruselas en 1927 y del
que nunca más se supo. Parece
que Magritte lo partió
en cuatro trozos de 73x50 centímetros
y los reutilizó. No se sabe por qué. Aparte del MOMA, ha aparecido otro
en el Museo de Arte Moderno de Estocolmo. ¿Dónde estarán los dos que faltan?
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