Colaboración Levante-EMV 17/5/2016 "Generación del premio Ratón de Matusalén"
"Generación del premio Ratón Matusalén"
Estaba
en el cogollo de la decisión. Habría un tramo del antiguo cauce del Turia
dedicado a los niños. Rafa Rivera, el arquitecto; Manolo Martín, el artista
fallero y Sento Llobel, el diseñador; explicaban su proyecto con vehemencia.
Con la obra iniciada llegó una carta firmada por varios adolescentes que se
definían como skaters. Le intrigó la palabreja y quedó con ellos para que se lo
explicaran. A todo el mundo le pareció bien. Hace veinticinco años que las
tablas de skate se deslizan, por su propia pista, en los aledaños del Gulliver.
El primer trasero que se deslizó por el gigante fue el suyo, el primer pantalón
que se rompió, también.
La Primavera Educativa ha
sido uno de los eventos cívicos más importantes, masivos e intensos que ha
vivido nuestra ciudad. La educación es arma de lucha por la libertad y el
progreso. Excede el ámbito de sus profesionales, se extiende de cero al
infinito y solo tiene sentido si en su universo caminan juntos profesores,
estudiantes, familias e instituciones.
Entre los cien mil niños y
niñas que han asaltado el cauce del río, han invadido las conciencias y han
ordenado nuestras ideas, están los que regirán los destinos del país de los
valencianos en las décadas que vienen. Ellas y ellos, gozarán y sufrirán,
tropezarán con problemas y los solventarán, o se resignarán; triunfarán o
fracasarán. Condenados a escribir las páginas de su propia historia. Hay quien
dice que cada generación se parece a la anterior en que tiene la misma voluntad
de borrar a todas las generaciones anteriores. Ello es así porque cada
generación lee del mismo modo una serie recortada de libros y eso es lo que la
identifica y lo que se intuye en lo que escribe.
Todas las generaciones
intentan adivinar el futuro desde la experiencia de sus vivencias y ninguna
acaba de acertar. A medida que labramos el futuro, éste descarrila y pasa a ser
otro.
Pasear por los escenarios
urbanos de la Primavera Educativa era cruzarse con caras de niñas y niños que
dejarían de serlo un día cualquiera de un momento futuro cualquiera.
Hace muchos años un
biogerontólogo, Aubrey de Grey, y un filántropo visionario, David Gobel, a
través de la Fundación Matusalén, instauraron el premio del Ratón Matusalén.
Alientan las investigaciones en vistas de retrasar radicalmente el
envejecimiento, o incluso evitarlo. Se sabe que estamos programados para vivir
unos ciento veinte años y Aubrey de Grey está convencido de que podrían ser
quinientos o incluso mil, y con excelente salud física o mental. La generación
“Primavera Educativa” será la generación que gane el premio del ratón y con eso
van a tener que convivir.
No lo sabían pero se habían criado con el libro del Doctor Benjamin
Spock, “El libro del sentido común del cuidado de bebés y niños”. La niña
pequeña guiaba al niño en el cuidado del muñeco. Estaban en un rincón de una de
las actividades de la Primavera Educativa. Estaba hinchando al bebé a Apiretal,
Dalsy y Dastosin. Cada poco le decía a él qué papel jugaba en la historia. Pasó
de pediatra a padre, a novio de la madre, a hermano mayor, a gemelo del bebé y
a mami. Él bordaba la actuación. Ella le volvía a cambiar el papel.
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