12 enero 2016

Colaboración Levante-EMV 5/1/2016 "Sensación térmica"

"Sensación térmica"

Iban preparados para resistir frío intenso. Estaban en una ciudad europea cuyo nombre se asocia a modernidad, sostenibilidad, bienestar, seguridad y solidaridad. Salieron disparados del restaurante para acercarse a la plaza del ayuntamiento y celebrar el año entrante como los nativos. Probos ciudadanos acudían pertrechados de inmensas cajas de fuegos artificiales que lanzaban sin criterio ni control. Apostados en una esquina, esquivando cohetes, él le preguntó por la temperatura. Ella le dio una cifra que parecía razonable, pero le aclaró que la sensación térmica era seis grados menos. Sonrió y beso sus fríos labios.

Las aplicaciones de meteorología de los móviles indican la sensación térmica, independientemente de la que marquen los termómetros, por la influencia del viento o la humedad en nuestros cuerpos. Una vez te lo cuentan cuesta prescindir del dato. No tiene sentido saber la temperatura que marcan los termómetros si la “real” es otra.

Ha empezado un año nuevo, también para la ciudad. Cada decisión, cada actuación, cada aportación o innovación serán escrutadas, generarán posiciones enfrentadas, se criticarán y defenderán desde la visceralidad. La “sensación térmica” sugiere que lo de la cabalgata de la infancia y las magas republicanas se estirará. Se explicará que son las “magas de gener”, sin ninguna pretensión de sustituir a los Reyes Magos, que representan la libertad, la igualdad y la fraternidad. Se nos recordará que ya se celebró en 1936 y en 1937 y que la iniciativa partió de la respetabilísima Societat Coral El Micalet, pero no acabará ahí. Lloverán los artículos, las reprobaciones, las sesudas reflexiones y el humor de calibre grueso. Largo se nos hará. Ya decía Albert Ellis que el sufrimiento no viene generado por los hechos externos, sino por la interpretación de los mismos. La interpretación será larga.
A veces parece que nos empeñemos en arreglar lo que no está roto, como niños con sus juguetes nuevos, cuando empiezan a aburrirse.

Este año dará mucho juego la remodelación de la plaza de la Reina; ese espacio situado en el cogollito de la ciudad, muy transitado y caótico. El tráfico, los ruidosos coches  y sus inherentes necesidades de aparcamiento  tienen que dejar paso a árboles, pérgolas, bancos, facilitando la ocupación del espacio por los peatones con la convivencia con las terrazas tan atractivas para el visitante.

Incluso la ordenanza de colores para el centro histórico y la unificación de normativas que proyecta el ayuntamiento tendrá su polémica. Ya no es que el albín, almagra, añil, bermellón, carmín, minio, oripomente o carbón hayan sido los más utilizados históricamente sino que cualquier catálago que incluya y excluya dará pie a la polémica y hasta aparecerán defensores del criterio cromático de la plaza de Chinchón.

Como hay gente para todo habrá polémicas para todos los gustos. Paciencia.


Cogieron el tren y llegaron a Helsingor. Pronto encontraron el castillo de Kronborg, el que inspiró a Shakespeare para ubicar Hamlet. La sensación térmica era de menos catorce. Pronto lo dieron por visto y se refugiaron en un edificio de cristal que albergaba una cálida cafetería. Había familias con niños por todos lados. Era un centro cultural, había juegos infantiles, ping-pong para los adultos, una librería impresionante. Las mesas, sillas y perchas, rebosaban de chubasqueros, gorros, guantes y bufandas. Todos eran amables, sonreían y dejaban pasar al prójimo. Parece un país civilizado.

0 comentarios:

Publicar un comentario

Suscribirse a Enviar comentarios [Atom]

<< Inicio

Firefox
coches usados
coches usados